El pasado 20 de abril me desperté con muchas ganas a pesar de haber madrugado más de lo habitual pues me dirigía a la II Continuada de ECOS, ByRMA.
Para mí, significaba que el nuevo proyecto en el que me había embarcado iba en serio, el formar parte de un Equipo Canino de Rescate.
Era algo que llevaba mucho tiempo buscando y gracias a que nuestra compañera Mónica me invito primero a dar unas teóricas de cartografía y orientación en grandes áreas y después, me propuso el formar parte de este Equipo, iba a poder cumplir con uno de mis sueños…
La jornada comenzó con unas teóricas por parte de nuestro compañero Abraham sobre el Plan de Autoprotección en Emergencias. Para mi, casi todos los conceptos eran nuevos y, aún así, pude comprender la necesidad de una formación básica en emergencias tanto del voluntario como del profesional de las emergencias, sea cual fuese la misma, para poder intervenir y resolver con la máxima eficacia en todo momento.
Después de estas primeras horas aprendiendo mucho sobre cómo mantener la calma en situaciones de estrés - algo vital para un grupo de rescate-, comprendí de primera mano cómo se podían fallar las respuestas más simples cuando alguien te somete a algún tipo de presión. Me di cuenta de que, cuando recibimos una determinada orden, no se debe pensar más allá ni improvisar respuestas alternativas ya que ello puede perjudicar seriamente el trabajo de todo el Grupo.
Acto seguido y, después de un buen almuerzo en un parque cercano, se nos impartió una teórica-práctica de primeros auxilios por parte de Elisabeth.
Una vez mas tengo que agradecer todos estos conocimientos compartidos pues aprendí cosas muy básicas pero necesarias sobre cómo poder salvar la vida a una persona ante una emergencia extra-hospitalaria.
Después de estos ejercicios nos dirigimos a una escombrera cercana a la ciudad de Elche; allí hicimos un pequeño simulacro de localización de tres personas sepultadas en estructura colapsada. Las voluntarias, Susana, Visi y Bárbara, se sepultaron minuciosamente en puntos distintos. Mi función fue supervisar los sepultamientos y que éstos se realizaran de manera segura para que nuestras figurantes no sufriesen ningún accidente durante el sepultamiento y el tiempo de espera en su interior.
Una vez mas vimos la rapidez de Naia en la localización y señalización de los sepultados. Apenas llegaron Naia y su guía al punto de suelta del ejemplar, Naia corrió deslizándose entre los escombros, subiendo y esquivando zonas de acceso complicado, omitiendo las distracciones de los alrededores, presencia de otros perros por la zona así como la sangre que corría por la herida recién abierta de la cirugía que había sufrido hacía unos días en su hocico…
Como Jefe de Intervención en estructuras colapsadas, pude comprobar de primera mano lo que se siente. Tienes que estar pendiente de tus compañeros sepultados durante la práctica para que no les pase nada en ningún momento y a la vez, debes conocer muy bien y tener una confianza absoluta en tu grupo de trabajo...
Fue un trabajo de bastante responsabilidad y he de confesar que me quedé con muy buenas sensaciones al acabar la práctica.
La noche la pasamos en un Polideportivo.
Fue una noche tranquila salvo por la incertidumbre de saber que podía producirse una réplica de terremoto y tener que levantarse para poder intervenir lo mas rápido posible.
El domingo también se veía un día prometedor, pues venía de nuevo Javier para continuar nuestra formación sobre rescate vertical.
Empezamos la práctica con un repaso de los nudos mas básicos que nos harían falta tanto en esta ocasión como en muchas otras que se nos pudiese presentar en una intervención.
Acto seguido nos pusimos a montar las dos cuerdas por donde iría la camilla. Nos sorprendimos gratamente al ver que en esta ocasión, todo fue mucho más rápido, sin necesidad de que Javier interviniese aunque eso si, bajo su supervisión en todo momento lo cual, da mucha seguridad el tener al lado a alguien tan cualificado.
Una vez finalizado el montaje la compañera decidida a subirse a la camilla fue Mónica cosa nada fácil para ella, así pudo comprobar de primera mano cómo puede sentirse la víctima y la necesidad de que los rescatadores transmitan siempre seguridad en todo aquello que realizamos… Finalizado esto nos dejamos caer por las cuerdas a modo de tirolina, quemando toda la adrenalina...
Después de comer realizamos un ejercicio de cómo recuperar a nuestra ejemplar canino Cora desde las alturas así como su lanzamiento en tirolina junto a un rescatador. Me sorprendió gratamente que Mónica me dijera que yo iba a ser el primero en bajar con Cora, pues eso era bastante responsabilidad no solo por hacerlo bien sino por que ya tenía una vida atada a mí que dependía de que yo lo hiciera con seguridad.
Después de asegurar a Cora a la cuerda la subimos hasta nuestra posición y allí la ancle a mi arnés. Bajamos como si nada pues Cora dio muestras en todo momento de tranquilidad y entereza cosa que ayuda a realizar la maniobra.
Así finalizó la II Continuada Ecos, ByRMA. Fue un fin de semana en el cual aprendí mucho de las personas que tenía a mi lado…, es admirable cómo tod@s se dejan la piel en todo lo que hacen, siempre dispuest@s a trabajar como el que más, demostrando su entrega...
Por ultimo, quisiera dar las gracias de nuevo a tod@s por dejarme formar parte de este gran equipo.
Luis Salinas García.
