Me llamo Domingo Marcos, en este momento soy estudiante de Biología en la Universidad de Alicante. Hasta hace poco creía ser consciente de las múltiples disciplinas en cuanto a adiestramiento de perros para su uso en búsqueda de personas, artefactos, sustancias, etc…, si bien es cierto que únicamente veía la punta del iceberg; lo que enseñan los medios de comunicación o lo que lees en un artículo. Digo esto porque desde hace un par de meses, gracias a Ana Aparicio conocí al grupo ECOS, me hizo un pequeño resumen de a lo que se dedicaba este grupo y lo que pretendían conseguir y quise saber más, es cuando me puso en contacto con ellos y después de charlar con Mónica se me dio la oportunidad de participar en el grupo.
Es asombrosa la cantidad de cosas que no sabemos cuando sólo miramos algo desde fuera. No solo me interesó el grupo por el trabajo que realizan con los ejemplares caninos, que como futuro biólogo todo lo que tenga que ver con animales adquiere una atracción especial para mí, sino que aparte del hecho de tener la oportunidad de ayudar a otras personas que en un momento dado puedan requerir ayuda en una búsqueda bien por desaparición o por algún tipo de catástrofe, sean cuerpos oficiales de seguridad o sanitarios o hasta los propios afectados es algo que de manera altruista es gratificante.
Bien, en el tiempo que llevo junto a ECOS en la medida de lo posible, he aprendido varias cosas; empezando por el duro trabajo que requiere el entrenamiento de los canes, la colaboración necesaria para ello y la dedicación que exige. No voy a explicar en qué consiste el Método Arcón y la manera en que se llevan a cabo las búsquedas ya que compañeros mucho mejor informados tienen más que aportar. Me gustaría comentar, que desde mi punto de vista es fascinante la manera de trabajar de los perros y del grupo ECOS en general. Sacamos en claro que para llevar algo adelante es necesario interés, dedicación y seriedad a la hora de trabajar y abordar nuevas situaciones, incluso siendo entrenamientos o prácticas es importante que el grupo actúe como grupo y se exija un mínimo de profesionalidad ya que es lo que más te acerca a un situación real. Esto me sirve para explicar en qué consistió la práctica/entrenamiento del sábado 12 de Enero.
En ésta práctica hicimos un ejercicio de simulación de gestión de crisis en emergencias. Empezamos el año poniéndonos en situación… Se nos dividió en dos grupos dentro de los cuales es imprescindible que hubiera como mínimo un equipo canino y un sanitario, también un jefe de intervención. A mi grupo se nos había alertado de una catástrofe en The Pas, Manitoba (Canadá). Es ese mismo momento en el cual todo se debe movilizar ya que el tiempo corre… Es necesario recabar la máxima información posible, sobre la catástrofe, magnitud de la misma, ubicación, climatología, ámbito social de la zona, idioma, conflictos locales, nacionales o internacionales que puedan entrar en juego… toda información es poca, pero cuando vas a intentar ayudar a salvar vidas hay que ir lo mejor preparado posible, si pones en riesgo tu integridad al desplazarte al lugar tu ayuda no servirá de nada.
Acto seguido el jefe de grupo debe comprobar todas las documentaciones de identidad y cartillas de vacunación de todo el grupo incluyendo por supuesto al ejemplar canino, pieza clave. Es necesario contactar con la embajada ya que ellos son quienes nos van a facilitar las cosas, por lo que realizamos un documento escrito en el cual se especifica todo, desde quienes somos (ECOS), los componentes del grupo a desplazarse, el material necesario; tenemos que tener en cuenta que las compañías aéreas no permiten el exceder los 20kg en la maleta más los 10kg del bolso de mano. Así que bien, todos juntos elaboramos una lista detallada con lo que necesitamos. Es necesario que seamos estrictos en esto y únicamente pensemos en aquello que es realmente preciso. La manera de abordar esto es pensar que una vez en el lugar citado debemos tener material y víveres para ser autónomos 3-4 días, por lo que todo debe estar medido ya que nos limita el peso de la maleta. Acto seguido hicimos la maleta con material facilitado por ECOS. Ya estamos, va a salir el avión…
Quizás os preguntéis por qué he contado esto como si realmente nos hubiéramos ido. Ahí voy, ese es el quid de la cuestión. Este ejercicio lo que pretendía era ponernos en una situación lo más real posible y realmente en mi caso lo consiguió. Creo que es importante como dije meterse en el papel, aprendes a enfrentarte a la situación aunque haya llegado de repente y nadie te haya dicho qué iba pasar y qué debes hacer, importante mantener el grupo y colaborar entre todos, hablar las cosas y pensar qué necesitaríamos ya que dos mentes piensan más que una y así sucesivamente siendo muy importante escuchar, escuchar a tus compañeros de grupo, todos colaboramos aunque el jefe de grupo sea el que a priori debe tomar las decisiones. Con esto te das cuenta de la importancia de que existan distintos roles en el grupo, que puedan ser flexibles, pero lo que hacen es diluir la situación y hacer que todo pueda ser más fluido, rápido y fácil para todos. Asimismo descubres que en el máximo de información sobre a dónde vas y qué vas a hacer allí radica una gran importancia. En esta práctica estuvo presente Froilán, compañero militar de Mónica, al cual me gustaría nombrar y agradecer su presencia allí ya que iba dándonos pequeñas claves y ayudándonos y explicando ciertas cosas, corrigiendo pequeños errores junto con Mónica.
Así fue como comenzó la mañana de práctica, volviéndolo a contar incluso parece que tengas el tiempo encima y tengas que prepararlo todo. Objetivo conseguido.
Posteriormente nos dirigimos hacia la zona montañosa de la zona para realizar la última parte del entrenamiento, que ya implicaba a los ejemplares caninos. Reforzamos la fluidificación de manera breve con Dana, ejemplar del compañero Alfredo. Mientras tanto, gracias a la ayuda desinteresada de Froilán y su acompañante, ellos mismos procedieron a adentrarse en la zona de montaña para esconderse, simulando una desaparición y existiendo el rastro del olor únicamente para encontrarlos, en campo abierto, rodeados de vegetación, pendientes y vaguadas.
Llegó la hora de Cora, pastor belga malinois de Mónica, especialista para las búsquedas en grandes áreas. Se inicia la búsqueda y el guía canino va acompañado de un sanitario y un rescatador, que serían los primeros en acercarse a la víctima en caso de escuchar los ladridos de Cora. El resto del grupo forma una hilera unos 15m por detrás de manera que se va peinando toda la zona y laterales por donde nos vamos desplazando. Después de unas cuantas subidas y bajadas por rocas y arbustos, pasados unos 40 minutos Cora nos lleva al lugar donde encontramos a Froilán.
Él junto a su acompañante, habían roto el rastro de búsqueda en varias ocasiones, caminando con sentidos y direcciones aleatorios hasta detenerse bajo un árbol, amagado. Son cosas que hacen más reales este tipo de búsquedas y sinceramente, fue magnífico confirmar, una vez más, como Cora a pesar de la dificultad del terreno y el cansancio que nosotros mismos acusábamos, no cejó nunca en su empeño desarrollando una búsqueda con una increíble “inteligencia” y concentración hasta conseguir dar con la persona que hacía de víctima…
Domingo Marcos Navarro.
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